BUENO, LA FARANDULILLA TIENE HUMOR, DEL NEGRO PERO HUMOR

Marlen!! tu papá la lleva jajaja...(podrian llevarlo a Morandé )

Todo comenzó el día del padre. Don Patricio Olivari viajó de Concón a Santiago para celebrar con su ex señora Isabel Mayer, y sus hijas Patricia y Marlen. Fue ahí cuando a su hija le aclaró los rumores de su retorno con Dueñas.

“El domingo pasé una rabia más grande que la cresta. Me dirigí a todo el grupo familiar y le dije por favor Marlen, no nos vayas a defraudar, no vayas a reincidir nuevamente, ya superaste esa etapa, se acabó ese cuento de ese mono insalubre. ¡Ayyy, no! Si este mundo está cagao de la cabeza, cabra tonta. La voy a desheredar, no va a agarrar ni una rueda del auto”, contó Patricio muy enrabiado a Radio Pudahuel.

El papá de la showoman cuenta que la madre de la morena y su hermana Paty ese domingo “se pelearon con Marlen. Lo trataron de rasca, de roto, de ordinario, de todo al huevón… qué quiere que le diga, estoy indignado, no le voy a dirigir más la palabra...se acabó. No entiendo, por la puta madre...cómo no va a encontrar una hue… más decentita, por la cresta, por qué tiene que ser esa cagá insalubre, ese mono maldito”, se descarga Olivari sin importarle el calibre de sus garabatos sobre quien califica de “Satanás”.

Don Pato se lamenta, con la pena de un padre desesperado por la infelicidad de su hija. “En vez de pasar un rato agradable me enteré por la Marlen. Me dijo ¡déjame tranquila, yo sé lo que hago con mi vida!. A las dos de la tarde estaba con la mierda hirviendo. Ese perro sarnoso no debería haber aparecido en la vida de esta cabra, que ya estaba en televisión, le iba bien y trabajaba sola”.

Sobre su desahogo, Olivari se agiganta en valentía. “A lo más me enemistaré con mi hija. Ojalá sea para bien de ella... Cumplí 66 años y a estas alturas de la vida estar pasando este tipo de incomodidades. Anoche no dormí, me di vuelta y vuelta masticando la mierda… Ese feto no tiene gracia... es flojo, hambriento el perro sarnoso, las tiene todas”.

Y remata con una frase que sólo un padre desesperado podría ofrecer: “Si el mono me llega a levantar la voz, lo voy a matar, porque no merece estar vivo ese perro sarnoso. Charlatán, todo lo trabaja con el hocico nomás”.